Las impresoras son dispositivos que cada vez se ajustan mejor a las necesidades del consumidor. Las posibilidades que ofrecen son cada vez más amplias tanto en términos de funcionalidades y rapidez de procesamiento, como con relación al diseño, peso y tamaño de los aparatos. En concreto, las impresoras portátiles de Brother han tenido mucho éxito en los últimos tiempos gracias a la constante movilidad, tanto en el ámbito personal como laboral de muchos sectores industriales. 

La portabilidad es una variable fundamental en sectores como el del retail, logístico, o incluso en las fuerzas de seguridad, entre otros muchos, para la realización de sus tareas. Además, en la mayoría de estas industrias, estos dispositivos deben adaptarse al modo de trabajo, estando en ocasiones ancladas a carretillas, camiones de reparto u otros vehículos necesarios para la tarea a realizar o incluso colgadas en bandolera. Junto a la portabilidad, la robustez y resistencia de los dispositivos son aspectos muy importantes en sectores como el del transporte, logística y fuerzas de seguridad. En muchos momentos, los dispositivos están expuestos a las fuerzas de la naturaleza u otros agentes externos que pueden deteriorarlos y disminuir su vida útil.

Para elegir cuál es la impresora perfecta según una necesidad u otra, existen diferentes parámetros que verifican su robustez y resistencia ante diferentes agentes externos.



Certificación IP: un seguro contra el polvo, salpicaduras y humedad

Uno de los aspectos más importantes para la correcta conservación de los dispositivos es el entorno en que trabajan o se almacenan. En cada trabajo, las impresoras que utilizamos para ejercer nuestras tareas han de soportar condiciones ambientales diferentes y específicas del sector a largo plazo. La posibilidad de entrada de agua, polvo o la exposición permanente a la humedad son contextos cotidianos en muchos sectores. Para verificar la resistencia de un dispositivo ante este tipo de agentes externos existen soluciones como la certificación IP: un patrón creado por la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) para evaluar el nivel de protección que tienen los elementos de un aparato o equipo frente a la penetración de elementos como polvo, agua o humedad.

La Certificación identifica a los dispositivos con las letras IP seguido de dos dígitos del 0 al 9. El primer dígito indica el grado de resistencia al polvo y el segundo a la humedad o al contacto con agua. La certificación más habitual en este tipo de impresoras portátiles es la IP54, que asegura una gran protección frente a los agentes externos mencionados anteriormente.

Para determinados sectores, como por ejemplo la industria de retail, hay tipos de impresoras más compactos y ligeros, con una certificación IP menor, como es el caso de la IP42. En cualquier caso, si se quiere incrementar la protección en este tipo de impresoras, existen accesorios, como fundas, que aumentan su resistencia para poder alcanzar una certificación IP54.

En definitiva, la portabilidad de los dispositivos ha dejado de ser un problema para aquellas profesiones con más demandas en términos de tamaño compacto y resistencia y ahora pueden satisfacer sus necesidades gracias a la amplia variedad de soluciones que ofrece el mercado; soluciones avanzadas con resistencia a cualquier situación extrema, tanto en interior como en exterior.



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